Si un extraterrestre a las 7 de la mañana observara cualquier vía de acceso a cualquier gran capital, no podría evitar preguntarse que carajo hacen estos seres parados dentro de sus cubículos, esperando que el coche que les precede avance unos metros.
¿Hacia dónde se dirigen? ¿Qué extraña religión impulsa al ser humano a tan estúpida practica?
Si se le intentara explicar al extraterrestre que el motivo es el dinero, seguramente no lo entendería.
El dinero es un misterio para la mayoría de seres humanos, ¿de dónde sale, de una mina, de un árbol o cae del cielo como mana? Lo más sorprendente del dinero es que si tienes, puedes acceder a todo lo que necesites, pero si no tienes, mueres incluso de inanición. ¿Quién le otorga tanto poder al dinero?. Tiene tanto poder que la vida humana está sometida a su yugo.
Durante milenios la forma de controlar las grandes masas de seres humanos ha sido la religión. Que se puede hacer y que no se puede hacer lo dicta normalmente un ser invisible, que todo lo ve y ya te juzgara cuando mueras. Es como un superhéroe con todo el poder y si no haces lo que dictamina te castigará, no en vida, sino una vez muerto. ¡Alucinante!. Las personas viven atemorizadas por miedo a sus represalias, pero es un acto de amor, y le quieren. ¿Quién ha podido inculcar tan extraño concepto a millones de seres humanos, incluso a los más inteligentes? De los creadores de Dios es todopoderoso, llega, el dinero lo es todo. De la misma forma que los seres humanos consiguieron tan persuasivo concepto, se han superado a sí mismos. Ahora ya no mandan dioses invisibles, ahora en el trono del Olimpo está sentado el dios dinero.
Y lo peor es que solo unos cuantos seres humanos son los encargados de esparcir o recolectar tan preciado poder divino. Convirtiéndose en verdaderos Dioses, pues nadie sabe quienes son, ni donde están. Parece ser que milenios de religión han dado sus frutos, preparado al ser humano para la total y absoluta burrería. Y ahora gira poseso de su propia invención, en la noria del sin sentido, dominado por un oscuro poder, que se cierne como una espesa y oscura niebla sobre sus cabezas. Los panaderos no hacen pan, ganan dinero, los médicos no curan, ganan dinero, los constructores no hacen casas, ganan dinero, los políticos no gestionan, ganan dinero. En una transacción comercial, no se crea dinero, se gana, el dinero lo han generado los seres humanos que gestionan el mundo, con el beneplácito de la masa humana que como un burro tras la zanahoria tira del carro de su autodestrucción.