Soy consciente de lo que voy a decir a continuación no va a gustar a la mayoría de los astrólogos, pues cuando se trata de tocar fundamentos religiosos siempre hay una quema de brujas. Aquí se verá la flexibilidad e inteligencia de los supuestos sabios del universo.
La astrología es esa práctica marginada a la que ningún estamento gubernamental le da crédito, no vemos astrólogos en ayuntamientos, ni en consulados, ni en ministerios, haciendo como antaño de consejeros. ¿Cómo es posible si tiene miles de seguidores y simpatizantes? ¿Por qué en las oposiciones de cualquier cargo público o empresarial no se valoran los conocimientos astrológicos? La astrología no se enseña en la escuela ni en ningún centro de enseñanza que esté respaldado con dinero público. Todos los astrólogos se han formado en pequeños centros privados o son autodidactas y esto es normal porque en la mayoría de los países supuestamente democráticos la enseñanza pública es laica, esto significa que no ponen énfasis en las religiones. Y efectivamente la astrología se podría catalogar de religión, pues sus postulados solo se pueden entender desde una perspectiva de fe. Es una actitud religiosa, no objetiva ni científica.
El peor de los males de los astrólogos clásicos es el supuesto conocimiento del futuro. En realidad están prácticamente todos trabajando en actividades poco remuneradas. Esto es una prueba fehaciente que el poder de ver o predecir eventos futuros dista mucho de sus habilidades. Ningún astrólogo predijo la pandemia covid e invirtió todos sus bienes en empresas de mascarillas y papel higiénico, sencillamente porque nadie vio en el cielo la que nos venía encima. Ningún astrólogo compró todos los pisos que pudo en el año 1998 guiado por las estrellas, esperando tranquilo la subida estratosférica de la vivienda en 2003, doblando con creces sus inversiones. Esto son dos ejemplos, pero se podrían poner cientos, pues alguien capaz de ver eventos futuros, tiene la paella por el mango y como mínimo, su vida es de persona no empleada. Los astrólogos abogan a favor de que no se sabe lo suficiente, que no se tuvo en cuenta tal o cual aspecto de Plutón, o el gran satánico saturno, o sencillamente sus predicciones son a toro pasado y salen reportando que claro qué ha pasado tal o cual cosa que ya lo dijeron, pero nadie les hizo caso. No se trata de hacer o no hacer caso, se trata de predicar con el ejemplo. Los astrólogos se tendrían de hacer ricos en pocos años y si no lo hacen tendrían que tener la capacidad de hacer ricos a los demás y no es que yo tenga un gran interés en que la riqueza da la felicidad, pero a nadie le amarga un dulce.
Vamos a ver, es mucho más fácil predecir una enfermedad observando la genética y el estilo de vida de una persona que con la astrología. Es mucho más fácil predecir una catástrofe natural con la cosmología y la geología que con la astrología. Es mucho más fácil predecir eventos políticos y económicos con la “Big data” que con la astrología. No seamos incautos y dejemos ya las antiguas escrituras, es hora de cambiar el rollo o los astrólogos estamos destinados a pasar a la historia de los olvidados. La astrología es el reflejo del alma de una persona, y sí, con la carta natal se pueden ver patrones conductuales, limitaciones y virtudes. ¿Pero el futuro? El futuro depende de tus actos y no de tus astros. Te pasa lo que eres.