SI DIOS EXISTE, LO ENCONTRARÁ UN CIENTÍFICO
Un fenómeno es cualquier cosa observable, como por ejemplo, el fluir de un río, el fuego o el sol. Un fenómeno también puede ser un estado anímico, como la ira, los celos, el amor o el miedo. Todos ello son fenómenos y son susceptibles de ser estudiados y analizados. Hay dos formas de darles explicación, una sería la religiosa y otra la científica. El ser humano en su ignorancia primigenia observa los fenómenos e intenta dar explicación a lo que observa. En su inquietud y curiosidad fruto de una inteligencia suficiente, opta por divinizar lo que observa, dando explicaciones místicas, religiosas y en todo caso, sobrenaturales. Generando un estado social de grados de poder. Donde unos seres son por ende divina superiores a otros. Nada deseable.
En un tiempo mucho más contemporáneo el ser humano actúa de forma diferente, harto de tonterías y falta de objetividad inventa un método que le pueda clarificar de una forma cuantificable y repetible los fenómenos y así poder sacar provecho de ellos. Nace el método científico. Observo, teorizo, compruebo. Esta simple regla ilumina la existencia humana. Esto no significa que no existan fenómenos extraños en la naturaleza, de hecho todos lo son hasta que no son comprendidos por la ciencia, como la gravedad, el electromagnetismo o los cuantos. Con este método el ser humano ha despegado de la ignorancia y ha empezado una nueva era, la era de la comprensión, el análisis y el aprovechamiento racional de los fenómenos y estados. La astrología no es más que un fenómeno observable, ¿qué la provoca? de momento nadie lo sabe y esto es debido a que ningún científico se aventura a perder el tiempo en algo que durante milenios ha sido divinizado. Ningún científico correrá el riesgo de caer otra vez en el pozo de la ignorancia ridícula de la religión. La astrología, como Dios o el entrelazamiento cuántico, por muy extraños y anti intuitivos que sean se tienen que tratar con rigor científico, es la manera más eficaz para que el ser humano pueda encender la luz.
Si algún día se entrevista a Dios, lo hará un científico, no un religioso.
Albert Boada, psico astrólogo.